Siguiendo con nuestras colaboraciones, que poco a poco, van conformando la extensa historia de la devoción al Santísimo Cristo de la Misericordia, traemos este año a sus páginas, una de las más arraigadas tradiciones y señas de identidad de las fiestas al Santo Cristo: los fuegos artificiales y en especial, su “castillo”, una arraigada tradición desbordada en sus Fiestas de la Cruz de Mayo desde mediados de la década de los años 80 del pasado siglo.

Los festejos con pólvora eran comunes en las celebraciones Galdurienses, por lo menos desde el siglo XVII, que es de cuando se conservan los primeros documentos de cuentas. Del año 1653 sabemos que1 una “rueda” de fuegos valía un real y que una docena de cohetes costaba 10 reales y 7 reales una docena de “cohetes rateros”, así como una libra de pólvora unos seis reales.

Sin embargo, durante todo el siglo XVII, no hemos encontrado gastos alguno en pólvora durante las fiestas del Santo Cristo de Santa Isabel, llamadas “Del Temporal”, sólo los gastos corrientes del estipendio eclesiástico por los cultos y pagos al organista, acólitos e incienso. La mayoría de la pólvora se gastaba en las Fiestas del Corpus, comenzando el uso de pólvora a partir de 1659 para las “vocaciones”2, gastándose ese año 150 reales en cohetes y pólvora, festejándose el recibimiento de los soldados y del Marqués cuando venía de Cabra del Santo Cristo o Cabrilla con 22 reales de pólvora3.

    En 1704 ya se denominaba a la Imagen4 como Santo Cristo de la Misericordia, gastándose 6 reales en sus fiestas. La primera referencia a la ofrenda de pólvora5 al Cristo de la Misericordia se remonta al 20 de enero de 1734 cuando se pagaron 10 reales de cohetes “q se an gastado en la fiesta q la Villa a echo al Ssmo Xspto de la Misericordia pr falta de lluvias”.

Pero es en las “Crónicas para la posteridad”6insertada, en el correspondiente tomo de protocolos, por el Notario Andrés Romero y Vargas en 1759 donde se menciona, por primera vez, el ceremonial de las procesiones del Santo Cristo, rito que no ha variado, como veremos, en 246 años. Cuenta la crónica, ya publicada en este Boletín, las fiestas que se realizaron el 3 de junio de 1759 con motivo del traslado de la Imagen a su Ermita tras las obras de la nueva cúpula o media naranja de la Iglesia, excepcional obra de yesería, que hoy por fortuna se conserva. Dice la crónica que la Imagen fue “trasladada desde la Yª Parroql de ella, en donde avia estado durante la dha. Obra, a la referida su Hermita en la tarde del dia tres de Junio (que lo fue primero de Pasqua del Espiritu Santo) con Genl Solemne Procesion musica, Soldadesca, tambores, Pifanos y mucha Polvora y en la noche se continuo la Polvora con un ingenioso Castillo de ella, Yluminazon de toda la Villa y complacencia grande de todos sus vezinos, fue mui serena toda la noche con Luna, Ynstrumentos. Al siguiente dia se celebró en dha Hermita la Solemne fiesta de Colocacion de dha Sta. Ymagen, con sermon, Musica, Soldados, todo a Costa de un Devoto7...”.

Como vemos, la disposición de las fiestas es idéntica a la actual, dos días, un traslado, un castillo de fuegos artificiales, una Solemne Fiesta y palabras como “General Solemne Procesión” o “Procesión General” como se viene llamando desde hace años. Nos habla del acompañamiento musical con tambores y pífanos, así como la escolta y desfile de los Soldados, recalcando que se había quemado “mucha Pólvora”, quemándose de noche “un ingenioso Castillo”, estando iluminada toda la Villa. Un ceremonial que ha venido manteniéndose invariable durante los siglos y que demuestra la vinculación del Santo Cristo a las ofrendas de pólvora, más allá de recientes costumbres.

El siguiente documento encontrado que hace referencia a estas costumbres8 se remonta al 3 de septiembre de 1851, cuando se dice que: “en el dia 14 proximo se acostumbra en esta villa de tiempo inmemorial celebrar una fiesta de Igª al Stmo. Cristo de la Misericordia, con musicas, fuegos artificiales y cuatro dias de capeas de nobillos por los aficionados. Esto ofrece una diversion al Pueblo, sin costas pr parte del Ayto y sin qe jamas haya habido qe lamentar desgracia alguna”. En efecto, estas fiestas eran costeadas por unos Comisarios nombrados anualmente, en sorteo, entre los labradores, al haber desaparecido la Hermandad a comienzos del siglo XIX. A finales de este siglo y ante la crisis económica, ningún labrador estaba dispuesto a entrar en el sorteo, por lo que se hizo cargo de las fiestas el Ayuntamiento y devotos, primero pidiendo donativos y después incluyéndola en sus presupuestos.

Esta tradición se aumentó a comienzos del pasado siglo, con las procesiones de las Fiestas de la Cruz de Mayo9, en principio costeadas por el Canónigo Arroquia, y desde 1930 por su recién constituida Hermandad. La tradición de ofrendar cohetes, se encuentra muy arraigada en la población, siendo ofrecida una docena o dos de los mismos, adquiriéndose al cohetero, que tradicionalmente se alojaba en alguna de las posadas o fondas de la ciudad. Los cohetes eran quemados por los propios vecinos, con grave riesgo para su integridad, bien cogiendo la varilla con los dedos o adaptando una plana de madera de albañil con dos cáncamos, siendo la “noche del castillo” cuando se quemaba el mayor aparato pirotécnico, quedando como tradicionales las tracas valencianas al paso de la procesión por la Plaza de España o a la entrada de la Imagen en su Iglesia, siendo costumbre el publicar en los programas de las fiestas la expresión: “se quemarán millares de cohetes”.

No fue hasta el año 1984, cuando ante los sucesos de la Semana Santa, la ciudad se volcó en las Fiestas de la Cruz de Mayo, en especial la calle Ermita Vieja10, de la mano de sus vecinos encabezados por Santiago Sánchez “El de la Cal”, quienes para fomentar la procesión en aquel barrio, comenzaron a organizar impresionantes castillos de fuegos artificiales, que aún se mantienen con la misma intensidad, rivalizando los barrios de Andaraje El Barrio en este sentido, demostrando con esta expresión su devoción al Patrón de Jódar, costumbre que debe de mantenerse por ser ya un arraigada tradición que eleva al Cielo las ofrendas de los Galdurienses, alcanzando verdadera fama en toda la comarca.

En cuanto a las pirotecnias que han venido a Jódar para estos castillos de la Cruz de Mayo tenemos constancia por los programas de la Hermandad del Santísimo Cristo de la Misericordia de las siguientes11: La Pirotecnia jiennense de Torreblascopedro de Juan A. Casado Casado vino en 1948 y de 1950 a 1953 continuando de 1955 a 1958. En 1949 vino la Pirotecnia Montes de Linares. En 1954 la Pirotecnia de Antonio Torres Postiguillo y desde 1959 a 1964 la de Manuel Caballero Ferrón. A partir de 1965 comienza la larga etapa de la Pirotecnia Sánchez y Caño de Martos que hasta 1986 organizará el castillo de fuegos artificiales, estableciendo como tradicional la traca final sobre la Fuente Principal descorriendose un lienzo donde aparecía la Imagen del Cristo de la Misericordia.

Desde 1987 y hasta 1994 carecemos de datos sobre las pirotecnias que se traían, ya que sólo se publicaba en los programas que el castillo estaría a cargo de un “afamado pirotécnico”. En 1995 se hace cargo del castillo la Pirotecnia “Ntra. Sra. del Martirio” de Ugíjar (Granada), la cual sigue en 1996. En 1997 lo hace la Pirotecnia de “Hnos. Sánchez Guirado C.B.” de Porcuna y a partir de 1998 y hasta la actualidad la Pirotecnia “Alpujarreña” de Ugíjar en Granada [estos últimos años es llevado a cabo por la pirotecnia de Lupión].

No ocurre lo mismo en los castillos de fuegos artificiales de Septiembre, cuando en los Programas de Feria12 que conservamos desde el año 1926, sólo se dice que el castillo estaría a cargo de un “reputado pirotécnico”, introduciéndose en el programa de 1930 la novedad de que en la procesión del día 14 se quemaría una “traca colosal”. Durante la II República al desaparecer las subvenciones para esta fiesta, también lo hace el castillo. No es hasta el programa de Feria de 1941 cuando se vuelve a menciona la existencia del tradicional castillo, que se quemaría a las 11 de la noche, del día 13, en el llamado, entonces, Paseo de José Antonio, el cual estaría a cargo de la Sociedad Obrera Pirotécnica de Valencia. que se encargaría del mismo hasta 1948. En 1949 se haría cargo la Pirotecnia de Juan Antonio Casado, que estuvo hasta el año 1952. De 1953 a 1966 carecemos de datos por no publicarse el nombre del pirotécnico en los respectivos programas de ferias; así hasta 1967 en que consta la Pirotecnia “Nuestra Señora de Fátima” de Martos que era del Sr. Sánchez y Caño, que actuaría hasta el año 1974. A partir de 1969 el castillo y fiestas del 13 y 14 de septiembre se trasladan a 1 y 5 de septiembre, por lo que el castillo se celebraba en la noche del día 1.

En 1975 el castillo estaría a cargo de la Pirotecnia “García Reinoso” de Granada, mencionando su “destacada actuación en las Fallas de Valencia”, organizando también el de 1976. En 1977 vuelve la Pirotecnia “Nuestra Señora de Fátima” de Martos hasta el año siguiente, dejándose de publicar la Pirotecnia a partir del año 197913. Volviendo en 1978 las tradicionales Fiestas de Septiembre a los días 13 y 14 de ese mes. En 1983 se vuelve a mencionar que la Pirotecnia era de Martos, así como en 1984, dejándose de publicar la pirotecnia desde los programas de 1985 hasta el de 1999, incluso hasta la mención al castillo14 en los programas de 1989, 1996, 1997, 1999 y 2002. En el Programa de 2000 se menciona que la Pirotecnia era la de Ugíjar en Granada, que creemos era la que había actuado en años anteriores.

Hoy, con la normativa vigente sobre el uso de material pirotécnico se ha restringido mucho su utilización, más si cabe cuando ha habido graves accidentes por el uso descontrolado de los mismos, debiendo de actuar las fuerzas de seguridad sobre aquellas personas que utilicen este material sin la debida licencia ya que su uso indebido y sin las medidas establecidas, no sólo puede acarrear graves accidentes en el infractor, sino contra las personas que circulen por su entorno, aún queda grabada en mi memoria cuando una persona de más de 70 años lanzaba cohetes con los dedos y un cigarrillo en la calle Gámez Laserna, escapándosele uno, que fue a parar a los faldones del Paso del Señor, rodeado de personas y niños, explotando en los mismos, o cuando el pasado año se escapó uno dando en el bordillo de la calle Joaquín Galván. Cohetes si, y muchos, pero echados por quienes sean profesionales.

Ildefonso Alcalá Moreno

Cronista de la ciudad

1 Archivo Histórico Municipal de Jódar (A.H.M.J.). Libro de Cuentas de Propios (1641-1669). Legajos “Cohetes que se gastaron el dia del Santisimo Sacramento y la otaba. Año de 1653″. S/f.

2 A.H.M.J. Libro de Cuentas…

3 A.H.M.J. Libro de Cuentas…

4 A.H.M.J. Libro de Cuentas de Propios (1704-1799) S/f.

5 A.H.M.J. Libro de Cuentas de Propios. Año 1734. S/f.

6 Archivo Histórico Municipal de Úbeda (A.H.M.U.) Sección de Protocolos Notariales. Tomo 1353. Notario Andrés Romero y Vargas.

7 Este devoto, parece ser, fue el propio Notario.

8 A.H.M.J. Libro Copiador de Correspondencia. Año 1851.

9 Desde el siglo XVII esta celebración consistía en una Solemne Fiesta en el interior de su Iglesia.

10 Hasta este año, al llegar la procesión al inicio de la calle Domingo Arroquia, se quedaban en “Las Delicias” la banda de música, Clero, autoridades y devotos, subiendo el Paso del Cristo literalmente “corriendo” el resto de la calle y la de Ermita Vieja hasta el final, bajando de igual forma. Lo mismo ocurría al llegar la procesión a la Plaza de San Marcos, bajando el trono e Imagen de igual forma hasta el “álamo del Señor”.

11 Programas de 1948 hasta la actualidad. Archivo del autor.

12 Programas de Feria de Jódar desde 1926 hasta la actualidad. Archivo del autor.

13 Aunque creemos era la misma.

14 Ya que los distintos concejales de Cultura y Festejos sólo copiaban la nota de horarios enviada por el Párroco, párrocos que nunca han sido muy partidarios de esta tradición por considerarla “profana” dentro de las fiestas religiosas.